El programa ICPS (I Can Problem Solve) es una intervención de origen estadounidense centrada en el desarrollo de habilidades socioemocionales y de resolución de conflictos en la infancia. Fue desarrollado por la psicóloga Myrna Shure y cuenta con la colaboración de la entrenadora Stephanie Colvin-Roy, quien ha sido una figura clave en su implementación y difusión a nivel internacional.
Desarrollar en los niños y niñas habilidades cognitivas, emocionales y sociales que les permitan resolver problemas interpersonales de manera constructiva, promoviendo comportamientos prosociales, la autorregulación emocional y la prevención de conductas agresivas o disruptivas.
Pre-kínder y Kínder
ICPS, es un programa de aprendizaje socioemocional basado en evidencia científica que enseña a los niños cómo pensar, de maneras que les ayuden a resolver conflictos apropiados para su edad y otros problemas que surgen con sus compañeros, hermanos y figuras de autoridad.
Con la ayuda de un vocabulario de resolución de problemas, imágenes, marionetas y juegos de roles, los niños aprenden a tomar buenas decisiones considerando cómo se sienten ellos y los demás (toma de perspectiva) y lo que podría suceder a continuación (pensamiento sobre consecuencias). ICPS mejora la flexibilidad cognitiva: los niños prueban un enfoque distinto (pensamiento de soluciones alternativas) si una manera de resolver un problema no tiene éxito.
Además de resolver problemas entre personajes ficticios durante las sesiones, este programa incluye un enfoque único para resolver los problemas reales que surgen en la sala de clases, llamado “Diálogo ICPS”. El Diálogo ICPS guía a los niños a aplicar sus habilidades recién adquiridas a la vida real, ayudándoles a asociar cómo piensan con lo que hacen y cómo se comportan.
65 sesiones de entre 5 a 15 minutos, 2 a 3 veces por semana.
El programa ICPS ha mostrado resultados prometedores en diversos contextos, especialmente en la mejora de los problemas conductuales y emocionales en niños con TDAH y en el aumento de conductas prosociales y reducción de la agresión en preescolares. Su adaptabilidad a diferentes contextos culturales (incluyendo colegios vulnerables en Santiago de Chile) respalda aún más su potencial de uso generalizado. Estos hallazgos sugieren que el ICPS es una herramienta valiosa para fomentar habilidades de resolución de problemas y regulación emocional en los niños, contribuyendo a su desarrollo y bienestar general.